Uno de los factores determinantes en el éxito de la pesca es la correcta elección de las carnadas dependiendo del tipo de especie que buscamos y la modalidad de pesca empleada.
Existe una gran variedad y elegir las carnadas de forma correcta no siempre es una tarea sencilla. La preferencia de los peces varía según múltiples factores como la especie, la hora del día, la temperatura del agua y no existe una carnada perfecta que funcione en todos los casos.
Por tanto es importante cuando vayamos a pescar llevar una gran variedad de carnadas que nos permitan ensayar y dar con la correcta.
Las carnadas se clasifican por:
Carnadas naturales
Las naturales son aquellas que están compuestas por materia orgánica, viva o fresca y presentes en el medio como lombrices, insectos o crustáceos.
Una buena técnica para probar si estamos eligiendo la correcta y tentar a la presa es arrojar ejemplares de la carnada al agua y ver si la come. De ser así habremos logrado dos cosas: primero, comprobar que la carnada lo atrae y segundo confiar al pez de que es un alimento seguro.
Hay que tener especial cuidado en la conservación de las carnadas, almacenándolos en lugares frescos y ventilados para conservarlos en buen estado.
Carnadas artificiales
Las carnadas artificiales, conocidas como señuelos, son elementos que no se encuentran en la naturaleza y han sido fabricados especialmente por el hombre para engañar al pez. Algunos imitan su alimento por lo que tienen la forma exacta de una mosca, una lombriz o un cangrejo entre otras. Otras son simplemente un objeto extraño que lo molesta y lo atrae irritándolo con el ruido o el movimiento, con el color o invadir su territorio.
También se pueden categorizar según su forma. En ese sentido tenemos los que imitan el alimento del pez que pueden ir de una simple lombriz a una compleja replica de una rana. Luego tenemos las cucharas; esta es una de las carnadas más genéricas, pudiéndose utilizar con la mayoría de las especies indistintamente.
Hay giratorias y ondulantes. Las giratorias atraen al pez por medio de una vibración que genera ondas en el agua. Las segundas se mueven de forma tal que el pez cree que es otro pez moviéndose de forma natural. Por ultimo tenemos los fiocos, utilizados para el trolling. Son arrastrados desde una embarcación a velocidades constantes y no muy rápidas hasta que el animal lo tome.